L A S A R T E S E N L A F E - FE EN LAS ARTES
Por Istvan DelyEste es un momento muy auspicioso y oportuno para hablar de Artes en la Fe. Cito las palabras del Consejero Marques Filho de Brasil: “El propio Cuerpo Continental de Consejeros irá en su próxima reunión plenaria en enero/2002 a tener toda una sesión de consultas sobre las artes y como integrar eL tema de manera más permanente y vigorosa en todas las actividades del Plan de 5 Años. El Centro Internacional de Enseñanza está otra vez levantando el tema para consultas de los Consejeros con todas las Asambleas Nacionales y sus miembros Auxiliares.”
Y es que aún no tenemos Fe en las Artes y por esto no usamos a cabalidad las Artes en la Fe.
Aún prevalece entre nosotros la tendencia de considerar las artes como algo no esencial, una arandela. En el mejor de los casos, como “sano esparcimiento”.
La actitud de nuestras comunidades hacia sus artistas es aún ambivalente, se les mira con cierto recelo, sospecha, como elementos potencialmente revoltosos. Al mismo tiempo tenemos una dependencia no saludable de ellos a la hora de usar las artes en nuestras actividades.
Por eso es hora de alcanzar un nuevo estado de conciencia de toda nuestra comunidad en lo referente a artes y artistas en nuestro trabajo concreto y práctico de la Causa.
El alto rango de las artesLejos de ser mero pasatiempo o sano esparcimiento, las artes adquieren en la Revelación de Bahá’u’lláh una importancia vital nunca experimentada en revelaciones anteriores. La evidencia es contundente: sobre artes hay 58 menciones específicas en los Escritos de Bahá’u’lláh, 146 en los de Abdu’l-Bahá, 25 en los de Shoghi Effendi, 416 en los de la Casa Universal de Justicia y 32 en los del Centro Internacional de Enseñanza, para mencionar únicamente fuentes autoritativas. Son 677 citas de los Escritos, por si alguien dudara de la importancia de las artes en esta Causa. Sin mencionar las citas sobre formas específicas de las artes: música, teatro, danza, artes visuales, literatura, artesanías, arquitectura, culinaria, el arte de vestir, paisajismo y muchas otras que normalmente no caben en nuestra definición occidental estrecha de las artes. La palabra árabe que Bahá’u’lláh usa sí cubre todas esas actividades creativas del hombre que hacen su cultura.
Artes y ciencias; artes y maravillas.Si la frecuencia de menciones claramente muestra la importancia de las artes en esta Dispensación, el contexto de “artes y ciencias”, “artes y maravillas” en que Bahá’u’lláh las coloca, les da una trascendencia y relevancia entre las actividades del hombre como nunca antes las han tenido. Simple y llanamente se considera a las artes a la par de las ciencias como las dos alas equivalentes del conocimiento humano. “El tercer Tajallí es concerniente a las artes, oficios y ciencias. El conocimiento equivale a alas para la vida del hombre y a una escalera para su ascenso. Su adquisición incumbe a todos.”
Esta apreciación de las artes es muy diferente, es diametralmente opuesta a los conceptos y prácticas del mundo actual donde todas las artes han sido degradadas al papel de sirvientas de la gratificación de placeres sensuales efímeras, triviales, muchas veces enfermizas y aberrantes, o sirven de gancho publicitario para vender cosas, servicios, sueños y quimeras. Lejos de ser alas para el conocimiento, se han convertido en medios de embrutecimiento y escapismo. Es tarea de la prometida nueva raza de hombres, de la que nosotros somos apenas unos precursores de transición, depurar las artes del cáncer del materialismo y prostitución y devolverles el rango y lugar que les corresponden en el mundo de la humanidad.
“Integrar las artes de manera más permanente y vigorosa en todas las actividades del Plan de 5 Años”:
Esto, en términos prácticos, quiere decir que la utilización de las artes debería ser:
* OMNIPRESENTE. No marginal, esporádica, de vez en cuando, en eventos especiales, sino siempre, en todas las actividades: de Proclamación, de Expansión, de Consolidación, de vida comunitaria, de carácter tanto social como devocional.
Sobre todo y con mayor urgencia, porque es la base y cimiento de todas las actividades mencionadas: en los PROCESOS DE INSTITUTO (FORMACIÓN Y SERVICIO).
* DE PARTICIPACIÓN ACTIVA UNIVERSAL Si bien los artistas formados, profesionales o aficionados, son de gran utilidad para el trabajo de la Fe, la utilización de las artes no debería depender de ellos solamente. Partimos de la premisa de que por don de Dios, todos somos artistas. La facultad de expresión artística es tan inherente y universal en la condición humana como el don del habla. Pero ambas facultades potenciales deben ser ejercitadas, cultivadas, practicadas, para que se desarrollen y perfeccionen. En sociedades menos expuestas a las tecnologías y modo de vida occidentales, la participación activa en las manifestaciones artísticas es universal aún. Y los demás, debemos re-educarnos en este campo: “ El hombre es el Talismán supremo. Sin embargo, la falta de una educación adecuada le ha privado de aquello que inherentemente posee. Considerad al hombre como una mina, rica en gemas de valor inestimable. Solamente la educación puede hacerle revelar sus tesoros y permitir a la humanidad beneficiarse de éstos.” Sólo hay que empezar, persistir, continuar hasta que se vuelva un hábito: las destrezas y habilidades atrofiadas renacerán y mejorarán sobre la marcha. Lo hemos visto suceder.
* NO NECESITA INFRAESTRUCTURA COSTOSA – Visto en esta perspectiva, la integración de las artes en todas las actividades de la Fe no necesita ni años de estudio especializado, ni implementos y materiales costosos. El canto colectivo acompañado de palmas y tambores improvisados, la danza folklórica o coreografiada, el drama, la poesía, la narración oral, no cuestan nada. Aún las artes visuales – dibujo, pintura, escultura – pueden echar mano a los materiales que se encuentran gratis en el entorno. Es cuestión de creatividad, recursividad. La creatividad humana – especialmente de niños y jóvenes – una vez motivada, despertada y canalizada, no conoce límites.
* DEBE PROMOVER LA ECOLOGÍA CULTURAL que es un mandato nuestro, explícito en los Escritos y la Guía de la Casa Universal de Justicia. “La meta de toda comunidad bahá’i debe ser la preservación de la diversidad cultural étnica, en un contexto de armoniosa interacción en pie de igualdad”. En estos momentos de poderosas presiones multinacionales de erosión cultural sobre las identidades y tradiciones de los pueblos, los bahá’is tenemos que intervenir conscientemente, alentando y fomentando vigorosamente la cultivación de la identidad cultural heredada de cada región, de cada segmento de la población, de cada minoría étnica, podándola de todo lo que es contradictorio a las Enseñanzas, vigorizándola con el poder transformador de la Palabra Sagrada, y una vez resguardada, permitiéndole interactuar libremente con las culturas de todos los pueblos de la tierra.
* DEBEN SER EXPRESIONES Y PORTADORAS DE ALEGRÍADebido a nuestros prejuicios heredados, a veces tenemos la tendencia de equiparar la espiritualidad, la reverencia a lo sagrado, con una estirada solemnidad y la supresión de toda expresión de emociones. Debería ser todo lo contrario. Abdu’l-Bahá siempre se preocupaba porque sus oyentes estuvieran felices, alegres. Les preguntaba: Estáis felices? Si no vosotros, entonces quién? Y si no ahora, entonces cuándo?
Bahá’u’lláh, entre muchos otros pasajes sobre el tema, dice así:
“En este Día tiene lugar un gran festival en el Reino de lo alto; pues todo lo que se prometió en las Sagradas Escrituras se ha cumplido. Éste es el Día del gran regocijo. Incumbe a todos apresurarse hacia la corte de su proximidad con extrema alegría, gozo, júbilo y deleite, y librarse del fuego de la lejanía.”
Entre las formas de arte, la música y la danza son especialmente apropiadas para despertar y expresar tal extrema alegría, gozo, júbilo y deleite. Así que hagámosle caso al Maestro: “Celebrad con júbilo; danzad con emoción desbordante!” Si no nosotros, ¿quién? Si no ahora, ¿cuándo?!
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